No hace mucho, el famoso futbolista Lionel Messi rechazó una oferta de 400 millones de dólares para jugar en Arabia Saudita, prefiriendo jugar en Estados Unidos por mucho menos dinero, aunque aceptando de todas formas un contrato para promocionar el turismo en Arabia Saudita. De alguna manera, estas decisiones personales sobre su carrera y su vida son extremadamente controvertidas para el periodista de investigación Karim Zidan, que recientemente publicó en The Guardian un artículo (“Lionel Messi eligió jugar en la MLS. Pero sigue siendo el promotor de 25 millones de dólares de Arabia Saudita“, 15 de agosto de 2023) condenando severamente al Sr. Messi por no denunciar abiertamente las políticas represivas de Arabia Saudita y sus abusos en contra de los derechos humanos, y apoyar en cambio el intento del reino de limpiar su imagen.
El descarado cinismo de estas acusaciones es difícil de ignorar. El Sr. Zidan parece haber olvidado que el Sr. Messi procede de Argentina y que la mayoría de sus admiradores viven en Hispanoamérica, una región en la que la mayoría de las guerras, de los golpes de Estado y de las dictaduras de derechas han sido provocados o respaldados por el gobierno de Estados Unidos.
Omitió mencionar el sufrimiento diario de los hispanoparlantes en los Estados Unidos de América, sometidos a una discriminación inclemente, y a menudo tratados como una plaga peligrosa que debe ser controlada o erradicada.
Y parece no ser consciente de que EE.UU. ha estado intentando controlar el mundo entero y es difícil encontrar un lugar en el planeta en donde no haya hecho algo deplorable todavía.
Algún periodista ingenuo y despistado podría malinterpretar el olvido y el silencio del Sr. Zidan como una aprobación tácita de las fechorías de EE.UU., ayudando así a ese imperio a sanear su reputación para que el mundo olvide sus tropelías. Que olvide que tiene muchas armas nucleares y que las ha ya utilizado. Que mata arbitrariamente a personas en donde sea con aviones no tripulados. Que reprime inmisericordemente a los periodistas que revelan sus atrocidades, como Julian Assange. Que vigila el planeta entero a través de Internet y los dispositivos electrónicos. Que el 1% de su población está encarcelada, la tasa más alta del mundo. Que su policía a menudo brutaliza, y a veces asesina, a personas de piel oscura. O que con frecuencia apoya a países autoritarios y represivos como Arabia Saudita, por sus propias conveniencias e intereses.
Pero tales acusaciones de apoyo serían obtusamente exageradas, y me atrevería a decir que el Sr. Zidan muy probablemente estaría de acuerdo en que es absurdo creer o insinuar que él aprueba cosas tan terribles simplemente porque no las ha comentado.
¿Puede entonces alguien reprobar al Sr. Messi por no pronunciarse abiertamente en contra del imperio más violento de todos los tiempos? Seguro que no, puesto que ni la carrera ni las decisiones de vida de un solo individuo pueden ser consideradas responsables de las acciones de un imperio vicioso, y mucho menos cuando se trata de algo tan inocuo como el deporte, por muy famoso que sea este individuo.
En cambio, uno sí que debe criticar duramente el periodismo insidioso, que trata de generar menosprecio hacia personas ajenas a la política, simplemente por no demostrar alguna adhesión a la ideología del periodista.
El Sr. Messi y el Sr. Zidan son libres de tener y expresar cualesquiera opiniones que crean convenientes, independientemente de si están a favor o en contra de alguna superpotencia opresora como Arabia Saudita o los Estados Unidos de América. Pueden incluso expresar su desacuerdo con la carrera y las opciones vitales de una persona famosa. Pero no deben presentar tales opiniones como “periodismo”, pues dañarían la reputación de sus palabras, haciéndolas parecer mera propaganda ingenua y de mal gusto. Tal es solamente mi opinión, libremente expresada aquí, puede que me equivoque, pero no podía quedarme callado; de todos modos, agradezco cualquier aclaración, en caso de que haya errado con mis palabras.
Escrito el 17 de agosto de 2023, publicado el 1 de septiembre de 2023.
Nota: Inicialmente intenté que esta respuesta se publicara en The Guardian, pero no respondieron a ninguno de mis correos electrónicos. En retrospectiva, me doy cuenta de que fue una ingenuidad. Esta misma semana, he visto al periódico participar en la última caza de brujas de moda: avergonzar públicamente a un burócrata del fútbol por besar por un instante a una jugadora durante la celebración de una victoria. Esto pone de relieve cómo este periódico, al igual que otros medios de comunicación, sucumbe a las ideologías moralistas dogmáticas de hoy en día y a sus juicios erísticos acríticos. En consecuencia, parece poco probable que acepten un artículo que elogia la libertad y desafía los prejuicios.
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