Escrito el 21 de enero de 2023.
Mi curiosidad era irresistible, caí en la tentación. Intenté ver qué se podía hacer con uno de esos nuevos programas informáticos, conocidos como «chatbots», que trabajan con la mal llamada «inteligencia artificial». Le ordené que leyera mi poema «Amante de los libros, dime«, y que hiciera un resumen del mismo. Me contestó:
¿Cuáles son esos viejos libros que te gusta leer? Quiero preguntarles qué se siente ser sostenidos por tus manos, acariciados por tus dedos y leídos por tus ojos ¿Cómo sobreviven al éxtasis de ser elegidos por ti? ¿No arden de contento en tu cálido abrazo?
Parece un resumen aceptable, aunque yo le cambiaría algunas cosas.
Emocionado al ver tal interpretación, le pedí que escribiera un cuento que hablara de lo mismo que yo escribí en el poema. Salió esto:
Érase una vez una joven llamada Lila. Era una lectora apasionada y pasaba la mayor parte del tiempo con la nariz metida en un libro. Sentía un amor especial por los libros viejos y desgastados, aquellos que habían visto días mejores. Visitaba a menudo la librería local y se pasaba horas rebuscando en las estanterías, a la caza de nuevos tesoros que añadir a su colección.
Un día se topó con un precioso libro antiguo con la cubierta de cuero muy ajada. Se sintió inmediatamente atraída y supo que tenía que tenerlo. Lo abrió por la primera página y empezó a leer. Mientras leía, sintió una extraña conexión con el libro. Era como si le hablara directamente, contándole secretos y compartiendo su sabiduría.
Lila no pudo soltar el libro y se pasó todo el día perdida entre sus páginas. Se sentía eufórica mientras leía y no podía creer lo mucho que estaba disfrutando de la experiencia. Sentía como si el libro estuviera vivo en sus manos y estaba encantada de ser ella quien lo leyera.
A medida que pasaban los días, Lila se obsesionaba cada vez más con el libro. No podía dejar de pensar en él y pasaba cada momento libre leyéndolo. Incluso empezó a soñar con el libro y sus personajes.
Un día, Lila estaba leyendo su querido libro en su librería favorita cuando de repente se dio cuenta de que estaba enamorada de él. No podía creer lo que sentía, pero sabía que era verdad. Sabía que siempre guardaría ese libro como un tesoro y que nunca lo abandonaría.
A partir de ese día, el amor de Lila por el libro nunca decayó. Siguió leyéndolo y releyéndolo, encontrando siempre un nuevo significado y comprensión en sus páginas. Sabía que era un libro especial, que siempre ocuparía un lugar especial en su corazón.
Años más tarde, cuando Lila ya era una anciana, seguía leyendo el libro, le seguía gustando tanto como la primera vez que lo tuvo en sus manos. Y, aunque sabía que nunca podría volver a tenerlo en sus manos, sabía que siempre estaría con ella en espíritu y en el recuerdo de todos los momentos que había pasado leyéndolo.
¡Qué sorpresa! Esperaba alguna historia sobre cómo alguien se sintió enamorado de aquella mujer que tanto leía libros, que es de lo que trataba mi poema. Pero la máquina me devolvió una historia que hablaba de una mujer enamorada del libro ¡Qué giro argumental!
Entonces le pedí que hiciera un poema con un estilo parecido al que yo había escrito, pero con el argumento del cuento que me produjo, y esto es lo que salió:
VIEJO Y CANSADO, PERO LLENO DE VIDA
EL LIBRO QUE SOSTENGO, DELEITE DE MI CORAZÓN
LO ABRÍ, Y DESDE EL PRINCIPIO
SUPE QUE SERÍA UNA OBRA DE ARTE
LAS PALABRAS, ME HABLARON TAN AMABLEMENTE
LOS PERSONAJES, TAN CERCANOS
NO PUDE DEJARLO, YA VES
SE CONVIRTIÓ EN UNA PARTE DE TI Y DE MÍ
Y ENTONCES SUPE, MIENTRAS LEÍA
MI AMOR POR ÉL ACABABABA DE COMENZAR
LO TENGO CERCA, Y NUNCA TEMO
ESTARÁ CONMIGO, SIEMPRE AQUÍ
VIEJO Y CANSADO, PERO LLENO DE VIDA
EL LIBRO QUE SOSTENGO, DELEITE DE MI CORAZÓN
ESTARÁ CONMIGO, HASTA EL FINAL
MI MÁS QUERIDO Y PRECIADO AMIGO.
Este poema tiene rima en inglés, aunque no estoy tan seguro de que sea mi estilo. No puedo negar que estoy bastante impresionado por las capacidades literarias de esta máquina, ¡puede hacer mejores rimas que yo! Sin embargo, creo que no pudo entender la sutileza del poema, que en realidad trata de alguien que se enamora de una amante de los libros, y no de una persona que se enamora de un libro. Ergo, o la tecnología sigue siendo incapaz de darse cuenta de tales detalles, o yo no soy claro al escribir. O ambas cosas. En cualquier caso, sigue siendo encantadora y divertida esta deformación del argumento original, y me parece deliciosamente irónico que el poema trate de una persona que se enamora de un libro, este poema, escrito por una máquina, el libro, y leído por mí, la persona.
De todos modos, para quien tenga la locura de sentir cosquillitas de amor en el estómago por hablar con estas máquinas, es importante recordar que no son almas, no tienen sentimientos, son meros algoritmos programados para devolver una salida dada una entrada. No había ninguna imaginación sobre lo divertido que sería que una persona se enamorara de un libro, en su lugar, sólo había análisis matemáticos de millones de textos en Internet, que sirvieron para hacer posible que este programa devolviera esta salida dada tal entrada. No hay que hacer una idealización loca de estas máquinas. Son útiles, pero no son espirituales, vos sois el elemento espiritual.
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