Anocheció.
Entre los edificios al cielo miro,
mientras inspirado cantando camino.
Tomo el enorme pincel,
lo empapo de tinta,
y lo agito hacia arriba.
Contrastan las de colores gotas
al chocar contra el empíreo negro.
Con el impacto cada una en diez más se transforma.
Y la noche queda refulgente,
salpicada de tinta de húmedo fuego.
Comentarios