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Mi solemne fiesta de graduación

Poema inspirado en un sueño. Escrito el 13 de diciembre de 2015. Publicado el 9 de mayo de 2024 en Refulgir.com.

Hoy celebramos mi graduación
haciendo una pequeña reunión
en un aparentemente mediano apartamento.

Sentados sobre sillas platicamos.
No hay paredes entre las habitaciones,
todo parece un pasillo ancho y largo.

Solo una delgada viga,
o travesaño, en el techo interior,
hace notar se he pasado de la sala al comedor,
o de este a la cocina.

Mi primo me platica que este piso es suyo en renta,
que ha vivido en él desde antaño,
y que se lo alquila un tío lejano.

Hay adultos y niños varios,
todos celebrando mi acontecer.
Algunos siguen envejeciendo,
algunos otros están enniñeciendo.
Quien acérqueseme demasiado ha de padecer
esos terribles efectos y calvarios.

Ya comimos, y estas sillas impiden un esparcimiento adecuado,
en especial tras alimentarnos,
y por ende, aumentar nuestros cuerpos de tamaño.

De pasar de la sala al salón es momento
¡Prodigio! El apartamento es mucho más extenso:
continúa después de la puerta del baño,
en un pasillo tan innotable como estrecho,
que da vuelta a la derecha, y que lleva hacia un salón magno.

Sospecho que he estado aquí antes…
¡Es tan grande y tan elegante!
Pero tiene hartos muebles extraños,
cubiertos con albos mantos,
alineados a lo largo,
aunque separados adecuadamente:
todavía podemos caminar, correr y brincar felizmente.

Me cuenta mi primo que eso es su colección de pianos
¡Ya lo sospechaba!
Tras observar aquél único no oculto:
esa caja colosal de cristal que encierra un fortepiano anciano, destartalado, carente de lustre y de tapa,
et abundante en teclas salidas y cuerdas sueltas.
«Es el piano de Liszt» dice mi primo.

Un rato platicamos, jugamos, correteamos.

Súbitamente recuerdo el auditorio a lado del salón magno
en el cual mis presentaciones de magia suelo hacer
¿Cómo pude olvidarlo?

Invito a todos a entrar,
para un pequeño acto improvisar
y divertirnos un largo rato.

Subo al escenario y comienzo,
muy alto me elevo.
Piruetas y maromas,
volteretas y cabriolas.
Todo en el aire, siempre en el aire,
sobre los espectadores.

Incontinenti aparece la musa
alegoría del estudio y la investigación,
volando muy alegre y muy desnuda
conmigo, celebrando mi solemne graduación.


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